Estructura de protección del núcleo de carbono
Bisel de carbono forjado
Estructura resistente al polvo para su uso en las condiciones más duras
G-SHOCK Nuestra historia
G-SHOCK Nuestra historia
A principios de la década de 1980, Kikuo Ibe era el diseñador de relojes líder de CASIO. En 1981, creó un equipo de trabajo con solo tres miembros con el objetivo de hacer realidad su visión: fabricar un reloj indestructible. Sus esfuerzos estaban destinados a desarrollar el concepto Triple 10. Se probaron materiales muy diferentes, y la resistencia de los primeros prototipos se sometió a los requisitos más exigentes. Pero Ibe todavía no estaba de todo satisfecho, ni siquiera los metales más fuertes protegían completamente el mecanismo digital interno frente golpes y otros agentes externos. Tras meses de mucho esfuerzo, en los que el equipo trabajó más allá de sus límites físicos y mentales, el objetivo parecía cada vez más lejano...
En aquel momento, mientras Ibe observaba a unos niños que jugaban en un parque, se dio cuenta de algo: "El interior de una pelota de goma que bota no se ve afectado en absoluto por el efecto de choque". Gracias a esta observación, su equipo desarrolló un reloj de construcción hueca, con la que el módulo interior quedaba prácticamente suspendido.
La larga y complicada fase de pruebas duró casi dos años. Pero, tras más de 200 prototipos en los que se optimizó constantemente el desarrollo de la carcasa y las distintas piezas, el primer G-SHOCK resistente a impactos se lanzó al mercado en 1983. Ideas revolucionarias como, por ejemplo, el diseño “hueco” de la carcasa, la protección completa y un acolchado de las piezas más importantes fueron los pilares de la resistencia del G-SHOCK y se tradujeron en la producción de un diseño a prueba de impactos que cambiaría el concepto convencional de los relojes y que, a día de hoy, es la base de cada G-SHOCK.
A principios de la década de 1980, Kikuo Ibe era el diseñador de relojes líder de CASIO. En 1981, creó un equipo de trabajo con solo tres miembros con el objetivo de hacer realidad su visión: fabricar un reloj indestructible. Sus esfuerzos estaban destinados a desarrollar el concepto Triple 10. Se probaron materiales muy diferentes, y la resistencia de los primeros prototipos se sometió a los requisitos más exigentes. Pero Ibe todavía no estaba de todo satisfecho, ni siquiera los metales más fuertes protegían completamente el mecanismo digital interno frente golpes y otros agentes externos. Tras meses de mucho esfuerzo, en los que el equipo trabajó más allá de sus límites físicos y mentales, el objetivo parecía cada vez más lejano...
En aquel momento, mientras Ibe observaba a unos niños que jugaban en un parque, se dio cuenta de algo: "El interior de una pelota de goma que bota no se ve afectado en absoluto por el efecto de choque". Gracias a esta observación, su equipo desarrolló un reloj de construcción hueca, con la que el módulo interior quedaba prácticamente suspendido.
La larga y complicada fase de pruebas duró casi dos años. Pero, tras más de 200 prototipos en los que se optimizó constantemente el desarrollo de la carcasa y las distintas piezas, el primer G-SHOCK resistente a impactos se lanzó al mercado en 1983. Ideas revolucionarias como, por ejemplo, el diseño “hueco” de la carcasa, la protección completa y un acolchado de las piezas más importantes fueron los pilares de la resistencia del G-SHOCK y se tradujeron en la producción de un diseño a prueba de impactos que cambiaría el concepto convencional de los relojes y que, a día de hoy, es la base de cada G-SHOCK.